martes, 20 de mayo de 2008

LOS HABITANTES DE LA CALLE


En el año 2001, de acuerdo con el Censo Sectorial de Habitantes de la Calle4, se identificaron 10.477 habitantes de la calle; 85% de los cuales son hombres y el 15% restantes, mujeres. En el 53,9% de los casos, estas personas provienen de otras partes
del país.
El 40,7% de esta población en mayor de 39 años, mientras que el 36,5% presentan edades que oscilan entre los 28 y 39 años y el 22,7% entre 22 y 27 años. No se consideran los menores de 17 quienes, según la Fundación los Niños de los Andes, pueden llegar a 5.000. En general, la mayoría de estas personas lleva entre 5 años o más viviendo en la Calle, mientras que el 34% de las mujeres y el 27% de los hombres llevan menos de 4 años en ella.


Las causas más frecuentes para optar por la calle como alternativa, se relacionan con conflictos familiares como maltrato y abandono, en el 49,6% de los casos y por influencia de malas amistades en el 23% de los casos.


En materia educativa, se sabe por la misma encuesta que el 48,2% de esta población cuenta con algún estudio en nivel primaria, mientras que el 36,3% de educación secundaria. Un 11,4% dice no contar con estudio alguno y el 4,2% afirma haber cursado estudios superiores.
De acuerdo con la variación poblacional de los habitantes de la calle de 34%, entre 1999 y 2000, es posible que el número de ellos sea mucho más alto en el 2003 sobre todo si se tiene en cuenta el incremento en los casos de maltrato intrafamiliar, la difícil situación de la economía familiar y el conflicto armado del país.




Las Líneas de Pobreza y de Indigencia


Estos dos indicadores se fundamentan en criterios relativos a la suficiencia del ingreso del hogar frente a una canasta normativa de bienes y alimentos (Línea de Pobreza) o frente a los requisitos nutricionales mínimos o gastos esenciales de sobrevivencia (Línea de Indigencia o nivel de miseria).


Estos indicadores muestran que, de acuerdo con el nivel de ingresos de las familias del Distrito Capital, la situación de pobreza se ha incrementado dado que el nivel de ingreso no alcanza el nivel suficiente en el 49,6% de los casos para adquirir la canasta normativa y el 14,9% para adquirir los nutrientes y bienes esenciales.
A diferencia de los anteriores indicadores que denotan una situación más alentadora, estas medidas reflejan el impacto del deterioro de la economía de los hogares bogotanos, en particular por el desempleo y la crisis económica de la década de los 90.
En términos absolutos, las personas pobres de Bogotá para el 2000 se estimaron en 3.190.170, mientras que las personas en condiciones de indigencia en 959.238.

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